Estaba muy emocional en la otra entrada y ustedes podrán comprender.
Pero esto que pienso escribir tampoco es bonito, ni nada. Por el puro morbo lo contaré. Resulta que un señor que me cae medio mal contó dos anécdotas distintas pero iguales.
Tenía una abuela que era "muy trabajadora, pero muy muy cochina". Se bañaba cada dos o tres meses. Trabajaba vendiendo tostadas en la calle y a veces les tosía encima. Tenía una hórrida técnica para deshacerse de sus gargajos y un día uno le quedó "como de banda presidencial" a un trabajador de gobierno incauto.
Ya llevo varias de esa señora, y eso que dije que nomás dos. Ah, qué señora. Resulta que también vendía enchiladas. Un día, le sacó a una olla todo el mole que pudo y luego mandó llamar a su nietecillo (el señor que me cae medio gordo). —Llévate esta olla rápido para allá, pero rápido. No la abras. —Pero es que se siente como que todavía tiene. —Llévatela, córrele, te estoy diciendo. Y no la abras. Andale, y te compro una chuchería al rato.
Y entonces le hizo caso y se llevó la olla. Luego se aburrió y decidió abrirla. Sí, lo que están pensando: rata muerta.
--
La otra es casi igual de asquerosa y es sobre la misma abuela cochis. En esa familia numerosa nunca tenían para un buen caldo. Entonces un buen día llegó de visita el tío. —¿Cómo es que son tantos y nunca han probado un buen caldo? Ahorita mismo vamos por dos kilos de carne y muchas verduras.
Y lo acompañaron como cuatro niños al mercado Felipe Angeles, después llegaron a la casa y se sentaron alrededor de la ollota a esperar. En eso llega la abuela, destapa la olla, tose y se le sale la flema, que cae en el caldo. Ve lo que hizo e intenta sacarlo con la mano, pero sólo se quema y disuelve aún más el pollote en el guiso. Ese día fue un festín para los perros, pero la abuela se quejó: "Ay, hubieran lavado la carne, nomás".
Casos y fotos. Cosas y carnales.
viernes, 18 de noviembre de 2011
jueves, 4 de agosto de 2011
Hoy: Como te iba diciendo, mi perrito
Estaba escribiendo cosas sobre ti y que se va la luz. En esta mesa donde está la compu hay un libro mío de biología, que tú measte. Ah, ¿vamos a empezar por ahí? No, mejor te cuento que en la mesa también hay un cacahuate, y me recuerda a ti porque te gustaban. Venías por la puerta del lado derecho y te ponías a buscar cobijitas, tiré todas las buenas al suelo, te di mi edredón más pachoncito. Allí dormías agusto pero más en mi cama. Te subías y te desparramabas, siempre podía agarrarte la cabeza y besártela. Mirada triste, bonito pelo, bonito todo. Tus ojos cafecitos. Ah, ¡los recuerdo y quiero chillar! Tu sillón favorito. Fui a ver si tenía pelos tuyos, pero creo que ahora tiene más del Wiki y del Roco, tu perro no amigo. Qué raro, si todos te caían bien.
Te subías a la azotea a ladrar y le enseñaste eso a Wiki. Pero tú sí bajabas a buena hora, para venir a acompañarme, no como él, que aprendió a subirse pero no a bajar. Ladra y ladra, a veces hasta las 3 de la mañana. Pero era tu amiguito, ya no digo nada feo, pues. Yo te quiero, yo siempre te quise, hasta cuando no te podía tener. Mala casa que tuviste al principio, no te entendían bien. Pero llegaste aquí, todo el día me la pasaba contigo. De noche y si estaba en otro lado, te extrañaba. Tus ojitos.
Ahora he visto sombras pasar del otro lado de la ventana. Me recuerdan a ti. Voy al baño y me acuerdo de que te metías, pero no siempre. Y también de que te gustaba orinar varios muebles. Malditillo. La gente te decía que eras muy fuerte, que estabas bien bonito, que de seguro eras bravo, algunos incautos llegaron a preguntar que si "eras perro de pelea". De sólo pensarlo, que Dios nos libre, amor.
Amor, amor, amor, yo te quiero, y estoy aquí. Mis días son distintos, porque te extraño y te extraño y te extraño, y a veces pienso que tu enfermedad fue mi culpa. Y a veces me acuerdo de que te regañé poquito y hubiera preferido no hacerlo. Ni siquiera estuviste conmigo un año y tres meses, pero te conocí desde antes. En esa casa que de seguro querías olvidar (o quizá tú ni en cuenta) a veces te visitaba en la azotea y por veinte minutos te abrazaba. Luego me iba medio angustiada. Paris te llevaba panecitos los miércoles, me parece. Y fuiste buen amigo del Manchas.
Tu cabeza cerca de mí, eso es lo que ahorita me chinga más. Yo veo la almohada y quisiera que fuera tu cabezota, pero no. Y tu voz, que nomás de sentir que la olvidaré lo siento como una blasfemia. No quiero. Yo antes llegaba del trabajo y eras mi maldita felicidad. Y ahora estoy de vacaciones, ya no me gusta ese lugar de trabajo pero si sigo yendo, a mi regreso no estarás. Pero estarán los otros perrines. Más mensones e ingenuos que tú. Bueno, Roco, el que no te caía bien, más inseguro y celoso y buscador de cariño. Pero diferente, yo te quiero, y es muy cursi porque eres analfabeto y ni vas a poder leer esto. Tus croquetas con queso, tu baba en el platote tuyo, que no quiero que usen estos, porque pues ellos ya tienen el suyo, más apropiado a su tamaño...
Esto es insuficiente, yo te sigo extrañando, pero me voy a comer y a hacer algo. Aunque sea nada. Cuchito. De mí.
Te subías a la azotea a ladrar y le enseñaste eso a Wiki. Pero tú sí bajabas a buena hora, para venir a acompañarme, no como él, que aprendió a subirse pero no a bajar. Ladra y ladra, a veces hasta las 3 de la mañana. Pero era tu amiguito, ya no digo nada feo, pues. Yo te quiero, yo siempre te quise, hasta cuando no te podía tener. Mala casa que tuviste al principio, no te entendían bien. Pero llegaste aquí, todo el día me la pasaba contigo. De noche y si estaba en otro lado, te extrañaba. Tus ojitos.
Ahora he visto sombras pasar del otro lado de la ventana. Me recuerdan a ti. Voy al baño y me acuerdo de que te metías, pero no siempre. Y también de que te gustaba orinar varios muebles. Malditillo. La gente te decía que eras muy fuerte, que estabas bien bonito, que de seguro eras bravo, algunos incautos llegaron a preguntar que si "eras perro de pelea". De sólo pensarlo, que Dios nos libre, amor.
Amor, amor, amor, yo te quiero, y estoy aquí. Mis días son distintos, porque te extraño y te extraño y te extraño, y a veces pienso que tu enfermedad fue mi culpa. Y a veces me acuerdo de que te regañé poquito y hubiera preferido no hacerlo. Ni siquiera estuviste conmigo un año y tres meses, pero te conocí desde antes. En esa casa que de seguro querías olvidar (o quizá tú ni en cuenta) a veces te visitaba en la azotea y por veinte minutos te abrazaba. Luego me iba medio angustiada. Paris te llevaba panecitos los miércoles, me parece. Y fuiste buen amigo del Manchas.
Tu cabeza cerca de mí, eso es lo que ahorita me chinga más. Yo veo la almohada y quisiera que fuera tu cabezota, pero no. Y tu voz, que nomás de sentir que la olvidaré lo siento como una blasfemia. No quiero. Yo antes llegaba del trabajo y eras mi maldita felicidad. Y ahora estoy de vacaciones, ya no me gusta ese lugar de trabajo pero si sigo yendo, a mi regreso no estarás. Pero estarán los otros perrines. Más mensones e ingenuos que tú. Bueno, Roco, el que no te caía bien, más inseguro y celoso y buscador de cariño. Pero diferente, yo te quiero, y es muy cursi porque eres analfabeto y ni vas a poder leer esto. Tus croquetas con queso, tu baba en el platote tuyo, que no quiero que usen estos, porque pues ellos ya tienen el suyo, más apropiado a su tamaño...
Esto es insuficiente, yo te sigo extrañando, pero me voy a comer y a hacer algo. Aunque sea nada. Cuchito. De mí.
sábado, 30 de julio de 2011
Hoy: ¿si yá sábanas para qué descobijas? (o algo así)
Qué nefastillo mi blog del mingitorio, en fin. Hoy pasó lo que tenía que pasar y me dejó porque soy como soy. Y todo está bien.
miércoles, 27 de julio de 2011
Hoy: El drama se llama "Me corté la pierna mientras me rasuraba"
Pocasamigas, procuren no rasurarse las piernas mientras tienen este tipo de pensamientos:
"¿Y por qué le gusto? ¿Seré igual de pendeja sin identidad como sus ex novias? ¿Y si no? ¿Por qué le gusto, si no soy como las otras pendejas ex novias suyas sin identidad que ha conocido? ¿Y si se engaña solo? Quizá soy una de ellas. ¿Por qué? Quizá ni le gusto, entonces. Luego me abandonará por una de esas, cuando se enfade de mí. Ya debería, en lugar de ser hipócrita y pretender que tenemos algo especial... como si yo fuera una de sus exes, de las que le quebraron el corazón, de las que dejan algo para recordar. Pero no: he aquí a su babosa"... Bla bla bla, pensamientos autodestructivos que se vienen a reflejar en una cortada que no para de sangrar. Y eso que no hablo de las heridas de corazón. "Cicatrices de guerra". Mis ovarios.
"¿Y por qué le gusto? ¿Seré igual de pendeja sin identidad como sus ex novias? ¿Y si no? ¿Por qué le gusto, si no soy como las otras pendejas ex novias suyas sin identidad que ha conocido? ¿Y si se engaña solo? Quizá soy una de ellas. ¿Por qué? Quizá ni le gusto, entonces. Luego me abandonará por una de esas, cuando se enfade de mí. Ya debería, en lugar de ser hipócrita y pretender que tenemos algo especial... como si yo fuera una de sus exes, de las que le quebraron el corazón, de las que dejan algo para recordar. Pero no: he aquí a su babosa"... Bla bla bla, pensamientos autodestructivos que se vienen a reflejar en una cortada que no para de sangrar. Y eso que no hablo de las heridas de corazón. "Cicatrices de guerra". Mis ovarios.
jueves, 5 de mayo de 2011
Hoy: pinche Wikipedia
En últimas fechas no he podido controlar ciertos aspectos anímicos y, según yo, para conocerme mejor y poder superar esto, recurrí a la información.
Pues bien, qué coraje me dio que Wikipedia, en tres rengloncitos, pudiera resumir mi cuadro. Aunque ya sé que la soy parte de la sociedad y bla blá, es molesto saberse y encontrarse como no único. Mi malestar es culerón, y no se lo deseo a nadie. Entonces, ¿por qué chingados cupe tan fácil en la definición, yo que dizque abogaba por la originalidad? (Querer ser original es tan poco original también).
Justificarme acá también es molesto. No siento que yo haya venido al mundo para definirme, pero luego que, por ejemplo, hasta el que no se define es definido por la indefinición, pues me la pelo.
jueves, 21 de abril de 2011
Hoy: El ayer del persignarse hoy
Una amiga a la que llamaremos Acracia (sí es rebeldona) me contó algo que dice maomenos así:
"Qué te cuento, que yo fui de las de la escolta en la secundaria. Es que nos escogieron por forma de caminar y por estatura, y aunque no lo creas, yo era de las altas. Entonces estábamos en uno de los ensayos, cuando desde uno de los salones que estaba vacío, Belinda, una de segundo, me hizo señas para que fuera.
-Cht, cht, Acracia.
Entonces me acerqué a ella.
-¿Qué pasó?
-¿No quieres cocaína?- y me enseñó un polvo envuelto en una hoja de cuaderno. Ahorita que lo pienso sí era mucha, ¿eh?
-¿Y qué haces con eso? ¿Cómo se usa?
-Se mete por la nariz. Se la quité a mi novio. Le gusta ponerse cuando se la chupo.
-Ah, órale. Oye, pero por la nariz no me animo, mejor déjame ver a qué sabe...
Y sí, probé poquita y sentí entumecimiento en la lengua. Estuve pensando en eso después, que tuve que regresar al ensayo de la escolta. Yo era la capitana".
"Qué te cuento, que yo fui de las de la escolta en la secundaria. Es que nos escogieron por forma de caminar y por estatura, y aunque no lo creas, yo era de las altas. Entonces estábamos en uno de los ensayos, cuando desde uno de los salones que estaba vacío, Belinda, una de segundo, me hizo señas para que fuera.
-Cht, cht, Acracia.
Entonces me acerqué a ella.
-¿Qué pasó?
-¿No quieres cocaína?- y me enseñó un polvo envuelto en una hoja de cuaderno. Ahorita que lo pienso sí era mucha, ¿eh?
-¿Y qué haces con eso? ¿Cómo se usa?
-Se mete por la nariz. Se la quité a mi novio. Le gusta ponerse cuando se la chupo.
-Ah, órale. Oye, pero por la nariz no me animo, mejor déjame ver a qué sabe...
Y sí, probé poquita y sentí entumecimiento en la lengua. Estuve pensando en eso después, que tuve que regresar al ensayo de la escolta. Yo era la capitana".
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